E-commerce

Economía colaborativa en la última milla. ¿Oportunidad o riesgo?

En tiempos de confinamiento forzado que vive el consumidor por la crisis del Coronavirus, el e-commerce (principalmente de alimentos) observa un claro y marcado crecimiento. Según constata el Dr. Guillem Sanz, desde el pasado 21 de marzo, las ventas del canal han aumentado un 24%.  En este escenario inesperado de crecimiento exponencial, las operaciones de economía colaborativa en la última milla cobran aún más relevancia, y los modelos operativos de reparto son cruciales para las grandes superficies.

Sin embargo, como en todos los procesos (o ciclos) de modernización, las relaciones económicas entre empleados y empleadores son de las más afectadas. Eso puede ser  por las mejoras implementadas por los nuevos métodos productivos que reemplazan las actividades antes ejecutadas por operarios, o por cambios en los procesos derivados de la misma modernización.

Qué pasó en la primera revolución industrial

Durante el periodo de 1760 y 1840 se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad, ya que se vio el paso de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano: industrializada y mecanizada. La revolución industrial marca un punto en la historia modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana en una u otra manera.

El desarrollo industrial y minero, el aumento de la productividad, el crecimiento de las ciudades y la mejora del comercio nacional e internacional contribuirán a un gran crecimiento demográfico debido al aumento de la natalidad y de la esperanza de vida.

La producción mecanizada generó un descenso del trabajo artesanal. Esta nueva forma de producción dio lugar a que los talleres se desplazasen por grandes centros fabriles, a su vez, en que se produjese un aumento de la producción en diferentes tipos de productos, especialmente en el textil. Con la expansión de grandes centros de producción industrial, se creó una nueva clase social: el proletariado industrial. Las características de estos trabajadores, concentrado en estos espacios, rompían con la naturaleza de los trabajadores de épocas anteriores, tal como vemos ahora en la llamada 4º Revolución Industrial.

Las operaciones de logística y distribución, tradicionales demandantes de mano de obra intensiva, están generalmente afectadas por este tipo de cambios en los medios de producción de una manera severa, y, aunque la logística 4.0 sea el tema principal en los días actuales, con la automación de procesos y aplicación de los robots en los procesos operativos, quiero abordar un otro tema. Puede no ser tan claro, pero bastante significativo desde el punto de vista de las relaciones laborales, que es la utilización de la economía colaborativa en los procesos de última milla.

Es un hecho que la población urbana se encuentra en constante crecimiento, especialmente en países en desarrollo (se estima que en 2050, de los 9 mil millones de habitantes de la tierra, 6.4 mil millones vivirán en áreas urbanas). En contrapartida, el crecimiento del e-commerce en el mundo ronda los +20% al año, con más de 70 mil millones de entregas y en constante crecimiento. Esto hace que la logística de última milla se torne cada vez más compleja con una verdadera explosión de las demandas por entregas fraccionadas en las ciudades.

Aún más complejos son los requerimientos de los clientes actuales, generalmente difusos y algo utópicos. Si por un lado, la nueva generación de consumidores es consciente de su impacto ambiental, controla con mucho cuidado e intenta compensar lo máximo posible sus “emisiones” de CO2, sea en billetes aéreos o en la compra de productos reciclados, está dispuesto a pagar más por productos ECO & BIO, y es mucho más cuidadoso con el reciclaje. Por otro lado, demanda flete gratis en sus compras, requiere Lead Times exiguos, solicita tracking constante (y a veces hasta insano) de la situación de sus entregas y una flexibilidad casi ilimitada en el cambio del local de entrega a cada minuto.

Según el análisis de Dimas Gimeno, empresario con más de 18 años de experiencia en el sector de gran consumo y que presidió entre 2014 y 2018 El Corte Inglés, el ascenso de las ventas del comercio electrónico, la coronación de la velocidad de Amazon como patrón oro de la excelencia y la creciente disposición de los consumidores a pagar un poco más por los envíos ultrarrápidos, alimentan la tormenta perfecta que está revolucionando la última milla.

Logística de Última milla y Revolución 4.0

Y es exactamente ahí, en este confluir de variables, en donde proliferan las soluciones de Economía Colaborativa, tanto como alternativa para ingreso de mercancías a los centros urbanos con cada vez más restricciones (ex. Madrid Central), pero también como oportunidad de ingresos adicionales para personas que, por una u otra razón, vieron sus ocupaciones desaparecer en la ultima “revolución” tecnológica.

Internet y las nuevas tecnologías han impulsado modelos de consumo alternativo en los últimos años. La relación entre quién ofrece un producto o servicio y quien tiene una necesidad concreta está cambiando de manera significativa. La economía colaborativa, la cual se basa en prestar, alquilar, comprar o vender productos en función de necesidades específicas y no tanto en beneficios económicos. De hecho, en este sistema es posible que el dinero no sea el único valor de cambio para las transacciones.

Los servicios son considerados bienes de intercambio. Por ejemplo, una persona que pueda ofrecer alojamiento a otra durante unos días, puede intercambiar este servicio por unas clases de inglés o francés. Como su propio nombre indica, es un modelo centrado en la colaboración y la ayuda mutuo. Este fenómeno también es definido por algunos teóricos como “Uberización”, derivado de la empresa de renta online de transportes Uber.

La economía del intercambio puede tomar una variedad de formas, incluyendo el uso de tecnología de la información para proporcionar a las personas información que permita la optimización de los recursos a través de la mutualización del exceso de capacidad en bienes y servicios. Una premisa común “Teórica” es que cuando la información sobre bienes se comparte (generalmente a través de un mercado en línea), el valor de esos bienes puede aumentar para el negocio, para los individuos, para la comunidad y para la sociedad en general, pero ¿será verdad en todos los casos?

Me acuerdo que, a inicios de los años 2000, cuando empecé mi carrera en Avon Cosméticos, la tendencia de los negocios en tiempos de crisis era de crecimiento, dado que muchos desempleados migraban para alternativas de microemprendimientos individuales como es el caso de venta por catálogo, algo similar como lo que ahora vemos con los que utilizan las aplicaciones de entrega, las famosas APPS para complementar sus ingresos, entregando desde comida a paquetes de electrónicos de puerta en puerta. Si bien no podemos decir que este sea el empleo de los sueños, en muchos casos permite garantizar por los menos los ingresos básicos para mantener una familia, además de permitir la flexibilización de las horas de trabajo.

Aunque en pleno desarrollo, el modelo operativo de entrega a través de repartidores independientes se transformó en una (o la principal) solución para garantizar una entrega efectiva y de “bajo” coste por parte de las organizaciones. A través de establecer un contrato con un solo intermediado (las APPs) es posible coordinar la recogida y entrega de mercancías desde sus tiendas o puntos de consolidación en pocas horas sin la necesidad de contar con plantilla fija o reforzar la cantidad de repartidores en determinadas franjas horarias. El proceso se autogestiona por la ya muy conocida ley de la oferta y demanda. En muchos casos este modelo de negocio es lo que esta impulsando lo que llamamos el e-commerce de productos alimenticios frescos, posibilitando las entregas en pocas horas en regiones urbanas con motos, bicicletas o a pie.

El negocio también es bastante interesante para las empresas de APPs, como podemos ver en el caso de éxito de Rappi, sin duda una de las empresas mas exitosas de América Latina en la actualidad. Tienen más de 13 millones de usuarios y en solo tres años ya trabajan en 27 ciudades del subcontinente. Además, obtuvieron el apoyo de  Sequoia Capital, el fondo de capital de Silicon Valley que ha invertido en empresas visionarias y destacadas como Apple, Google, Yahoo, YouTube y Airbnb. La empresa, fundada por tres millennials, que no pasan de los 35 años, nació como una aplicación que ofrecía a domicilio productos de una tienda de barrio y ahora son la primera start-up nacional que alcanza una valoración de 1.000 millones de dólares en los mercados internacionales.

Si por un lado la utilización del reparto a través de las APPs brinda eficiencia y optimiza la cadena logística, algo que puedo aportar de mi experiencia con este tipo de modelo, por otro lado expone a las empresas a diversos riesgos que deben ser debidamente mitigados y controlados:

  1. La operación a través de terceros conlleva a un riesgo de afectación a la marca, dado que el contacto cara a cara con el cliente, clave en cualquier negocio, se dará por un contratista “independiente” de la empresa transportadora. Aunque sea imposible evitar por completo que la calidad de sus productos sea relacionada a una mala experiencia de entrega es fundamental conocer las políticas de formación y capacitación de las compañías contratantes, como ejecutan las evaluaciones de performance y principalmente como gestionan los procesos de reclamación y situaciones de reincidencia en las entregas.
  2. La calidad de los productos también es fundamental en este proceso. No se puede arriesgar todo un proceso efectivo de venta literalmente por un producto tirado por la ventana. Es necesario desarrollar empaques adecuados para estos tipos de transporte, teniendo en cuenta principalmente las condiciones de temperatura controlada (frío y calor). Nada peor que recibir una pizza fría o un pescado descongelado, ¿verdad?
  3. La relación comercial con la empresa de aplicaciones debe ser bastante clara con respecto a sus responsabilidades, tanto con los acuerdos de servicio, SLA, como también con la responsabilidad con cada uno de los repartidores independientes.
  4. Es de responsabilidad indirecta de los contratantes garantizar las condiciones laborales de los repartidores, principalmente en temas de horas trabajadas, insalubridad, etc.

Aun así, con todas las medidas de control de riesgos, es imposible evitar situaciones desagradables, como en el caso de incidentes y accidentes fatales como el que se dio en Barcelona el 25 de mayo con un repartidor de la empresa Glovo. Por un lado la empresa se justifica en alegar que el fallecido no tenía suscrito ningún contrato con la empresa porque no estaba registrado en la plataforma, mientras que, por otra parte, el sindicato denuncia que no hay constancia de que Glovo haya realizado actividad formativa e informativa sobre riesgos laborales a sus llamados “riders”, y menos aún en el caso del trabajador fallecido.

Este mismo caso se repite en otras latitudes, como por ejemplo en Brasil, donde el emprendedorismo estuvo en la pauta de las discusiones de los gobernantes, dado el fallecimiento de un repartidor en Julio de 2019. En el referido caso, según testigos y reportes de las autoridades, Thiago de Jesús, de 33 años, sufrió un AVC y no obtuvo soporte tanto de la empresa de entregas RAPPI, como de un conductor de UBER que se rehusó a llevarlo a un hospital cercano. También en Malasia, trabajadores en el modelo “No Work, No Pay” enfrentan largas jornadas para recibir entre US$300-400 al mes.

Estamos frente a un caso donde los intereses sociales y económicos se contraponen, dado que el mismo modelo de economía colaborativa supone costes mas bajos, como flexibilidad en la contratación, mientras que gran parte de las personas que se someten a este tipo de trabajo lo hacen por encontrarse en situación de paro laboral o de vulnerabilidad, como el caso de inmigrantes como Pujan Koirala, el nepalí de 23 años que falleció al realizar un reparto.

El tema de reglamentación es clave, pero muy complejo de formalizar sin que una u otra parte se sienta perjudicada. Volviendo al comparativo con la venta directa, en determinada oportunidad, uno de los gigantes del cosmético brasileño (y por coincidencia actual dueño de las operaciones de Avon), tuvo que enfrentar una serie de procesos millonarios de exrevendedoras “independientes” (en la época mas de 1.4 millones) que requerían a través de la justicia equiparación salarial a los empleados contratados por la empresa, situación que podría llevar a quiebre el negocio.

No cabe duda que la regulación del mundo del trabajo tiene una índole política evidente, por lo cual las instituciones sociales son clave en el desarrollo de cualquier opción o régimen político, y los modelos de negocio de economía colaborativa permiten a las personas contar, aunque precariamente, con posibles ingresos. Por esto mismo, debe ser evaluado de manera integral y bajo la óptica del equilibrio entre el poder del capital y las necesidades individuales.

Conclusiones

Las expectativas de los consumidores han cambiado drásticamente en los últimos años. Como resultado, en la industria de la logística y entrega personalizada han tenido que aceptar algunos cambios importantes. Los minoristas también han tenido que encontrar formas de adaptarse. Se espera que la demanda aumente significativamente dada la convincente propuesta de valor de entrega en el mismo día para los consumidores.

El mercado para la entrega “same day” se ve impulsado por las macrotendencias subyacentes, incluido el aumento del PIB per cápita, la rápida adopción del comercio electrónico, la urbanización y las expectativas cambiantes de los consumidores. Asimismo, la entrega en el mismo día requiere una masa crítica de consumidores con recursos financieros suficientes para pagar un servicio tan premium.

En un escenario económico y político cada vez más conturbado y complicado, las estrategias de optimización y reducción de costes se vuelven clave para atender las demandas de los clientes, por lo que la operación a través de plataformas de Economía Colaborativa como las APPs son más que una tendencia, son una necesidad. Por otro lado, es responsabilidad del poder público garantizar las condiciones mínimas por las cuales dichas operaciones se deben realizar, mediando su actuación frente a este tema, dado que al optar por un modelo neoliberal puro, con mínima intervención del estado se podrá dar una situación de predominancia del poder del capital, mientras que una regulación excesiva probablemente favorecerá una migración a la informalidad. Como todo en la vida, la clave es encontrar el balance.

Finalmente es crucial que cada actividad o iniciativa llevada a cabo esté en linea con los valores éticos y profesionales. Como Ejecutivo de Logística y Cadena de Abastecimiento es nuestra responsabilidad garantizar el bienestar de todos los involucrados en las operaciones, sea intralogística o de última milla. El bienestar de los colaboradores y de los prestadores de servicio debe ser el “Fiel de la balanza” frente a cualquier iniciativa de optimización de tiempos y costos.

Y tú, ¿qué opinas al respecto? ¿Lo ves de otra manera? Compártenos tus puntos de vista para enriquecer aun más la discusión!

 

Fuentes y Referencias:

https://www.scmp.com/lifestyle/fashion-beauty/article/3031822/fast-fashion-victims-couriers-working-long-hours-against

https://www.autonomosyemprendedor.es/articulo/actualidad/razones-jueces-considerar-riders-como-falsos-autonomos/20190828162421020442.html

https://eshowmagazine.com/noticias-de-actualidad/ugt-denuncia-a-glovo-ante-la-fiscalia-por-la-muerte-del-repartidor/

https://blogs.cdecomunicacion.es/juanjose-montiel/2019/10/30/sostenibilidad-y-cadena-de-suministros/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=logistica-16-abr-2019

https://www.supplychainmagazine.pt/2019/08/02/proximidade-aos-parceiros-fornecedores-e-clientes-entre-as-preocupacoes-das-empresas-mais-sustentaveis/

https://www.alimarket.es/alimentacion/noticia/301442/el-analisis-de-dimas-gimeno—ultima-milla–cronica-de-una-revolucion-silenciosa-

EL FUTURO DEL TRABAJO: ¿REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y TECNOLÓGICA O CRISIS DEL ESTADO SOCIAL? Maria Luz Vega Ruiz. IUS Labor.

Especialista global en cadena de abastecimiento y logística con 20 años de experiencia, liderando operaciones en los mercados latinoamericanos y de EE.UU. Actuó como ejecutivo en empresas de gran porte en las industrias de consumo masivo, venta directa y retail como Avon Cosmeticos (USA), Belcorp (Peru/ Colombia) y Grupo Éxito (Colombia) subsidiaria del Groupe Casino (Francia) donde ocupó la Dirección Ejecutiva de Supply Chain. Casado y padre de 3 hijas, está radicado en Madrid - España, donde apoya empresas y empresarios interesados en desarrollar su estrategia logística omnicanal, así como ingresar en los mercados latinoamericanos.