Opiniones

Como mejorar tu competitividad en 3 conceptos

El fenómeno de la globalización está obligando a muchas compañías a mejorar su competitividad, es decir, a ofrecer un mejor servicio a sus clientes manteniendo el precio. Esto, que resulta tan sencillo de enunciar, supone afrontar los procesos de gestión de la compañía desde una perspectiva completamente distinta a la concepción tradicional, que consiste en optimizar la gestión de la cadena de suministro.

Esta estrategia de mejora no trata simplemente de cambiar algunos procesos de la gestión interna de nuestra organización, sino que afecta a todos los agentes implicados desde el principio al fin del ciclo de negocio de la compañía, incluidos aquellos que están más allá de los muros de nuestra empresa.

Las tres claves para mejorar en nuestra competitividad

Planificación

El primer punto en el que debemos detenernos es en el conocimiento acertado de la planificación de ventas en base a los históricos, las acciones de marketing concretas que lanzamos para reforzar una u otra línea de negocio y las previsiones que nuestra fuerza de ventas nos hace llegar, sean vendedores propios, distribuidores, franquiciados, etc.

Con todo, tendremos una planificación de la demanda tanto de productos terminados como de las materias primas y semielaborados que lo componen. Nos estaremos anticipando al mercado, asegurándonos de que nuestra respuesta al cliente será más rápida.

Colaboración

El siguiente paso es estrechar la colaboración con nuestros proveedores. Podremos así, minimizar nuestro inventario y planificar la recepción de mercancía justo para cuando nuestras plantas de fabricación la necesiten. No habrá necesidad de inmovilizar recursos financieros de la compañía en nuestro almacén. Además, una adecuada planificación de nuestras comparas nos permitirá obtener mejores precios, optimizar el transporte de la mercancía y el consiguiente ahorro de costes.

Ahora bien, habremos de adaptar nuestra capacidad de fabricación a las necesidades reales del mercado, reforzando aquellos centros de trabajo que puedan suponer un cuello de botella, bien con recursos internos o bien subcontratando coyunturalmente a terceros. De este modo, evitaremos los temidos retrasos en la entrega al cliente. Por otra parte, no tendremos más recursos ni humanos ni materiales, en nuestras plantas de fabricación de los que precisamos, y una vez más contribuiremos a reducir nuestros costes de explotación.

Distribución

El tercer punto de atención lo fijaremos en contar con una eficaz logística de entrega a nuestros clientes. Ya sea basándonos en la optimización del transporte de nuestros envíos directos, o bien si contamos con los servicios de operadores  logísticos, exigiendo a éstos cierto nivel de calidad en su servicio.

Paralelamente al flujo de productos y bienes que hemos repasado anteriormente, hay un flujo de información y documentos. La gestión de esta información ha de ser ágil y ha de estar disponible para cada uno de los agentes que intervienen en el ciclo de negocio cuando lo demande, aún cuando estos agentes no pertenezcan a nuestra organización. Es importante contar con un sistema informático SCM (SupplyChain Management) que nos permita orientar nuestra compañía a la optimización de la gestión de la cadena de suministro. Pero como acabamos de ver, detrás de esas siglas hay algo más que una aplicación informática, hay toda una filosofía de mejora del ciclo de negocio basada en la reducción de costes y el aseguramiento de la calidad del servicio al cliente.

Más de cuarenta años de experiencia como directivo en distintas compañías nacionales y multinacionales, dirigiendo la Función de Logística, asesor, consultor, autor de libros, colaborador en revistas del sector y formador del curso “La Logística en la Empresa”.